En síntesis, una gluteoplastia consiste en una intervención de cirugía estética en la cual se busca el aumento de volumen o la elevación de los glúteos.
Sería ingenuo despreciar la importancia de unas nalgas bien formadas tanto para la figura del hombre como de la mujer, con lo que cada vez es más común la preocupación por corregir las posibles imperfecciones alrededor de esta zona, ya sea por medio de la dieta, a base de ejercicio, o recurriendo a una operación estética.
En la actualidad, la gluteoplastia se realiza por medio de una prótesis, compuesta por lo general de un gel de silicona más resistente que el utilizado para los implantes de mamas, o a través de la técnica de inyección de grasa, un método novedoso que ofrece unos resultados muy naturales, al utilizar la grasa del propio paciente para recolocarla en las zonas que se deseen potenciar.
La elección de una u otra técnica dependerá de las necesidades de cada paciente. Así, los implantes de silicona están indicados en los casos de atrofia de la masa glútea, mientras que la inyección de grasa resulta aconsejable para quienes teniendo depósitos de grasa suficiente, no deseen arriesgarse a posibles problemas de rechazo, encapsulamiento, infecciones o asimetrías.
¿Cirugía estética o reconstructiva?
La gluteoplastia es un claro ejemplo de intervención donde se pone a prueba los límites entre la cirugía estética y la plástica reconstructiva, puesto que es complicado establecer cuándo se hace estrictamente necesario una intervención de este calibre o cuándo se trata de una mera operación de mejora estética. No obstante, existen casos de atrofia en los músculos de las nalgas que no cuentan con mayor alternativa que una gluteoplastia, en este caso se recurre sobre todo a la opción de la inserción de una prótesis, para solucionar el problema.
¿A quién recurrir?
La gluteoplastia, tanto cuando se utiliza el método de la colocación de prótesis como cuando se recurre a la técnica de inyección de grasa, supone una operación que raramente sufre complicaciones de entidad. Sin embargo se hace necesario la presencia de un cirujano perfectamente cualificado en el quirófano, además de una anestesia durante el proceso, dado que en ambos casos se necesita anestesia epidural para dicha intervención.
Tiempo de recuperación del paciente
Los tiempos de recuperación variarán dependiendo de la técnica que se elija. De esta forma, si se decide optar por la opción de la prótesis, el paciente deberá pasar los dos primeros días en la clínica, boca abajo, después se podrá levantar, pero evitando sentarse durante una semana más, y tampoco realizar ningún ejercicio físico en el que participen los glúteos durante cinco semanas más. En cuanto a la técnica de inyección de grasa, al tratarse de una intervención menos invasiva necesitará de un postoperatorio menos sacrificado, con lo que será suficiente el uso de una faja quirúrgica durante cuatro semanas y masajes de drenaje linfático.
Cabe señalar que en el caso de los implantes de prótesis de silicona en las nalgas, no es recomendable que se le medique por medio de inyecciones por motivos obvios.
Consulte a su médico cirujano para información específica para su caso particular.