¿En qué consiste una liposucción?
El exceso de grasa ha supuesto desde siempre un problema estético y de salud, las acumulaciones de este tejido adiposo provocan la deformación de la figura e incluso pueden llegar a derivar en problemas médicos de importancia cuando dicha acumulación se torna excesiva.
Hasta la década de las 70, este exceso de grasa se trataba extirpándolo por métodos quirúrgicos, sin distinguir entre grasa y piel (operaciones tales como las dermolipectomias y las abdominoplastias), lo que dejaba en los pacientes unas cicatrices tan prominentes que en ocasiones convertían al remedio en un problema más grave que la propia enfermedad.
Por fortuna, en 1977 al cirujano francés Gerard Yves Illouz se le ocurrió la posibilidad de acoplar una cánula a un aspirador e introducirla bajo la piel en lo que resultaría ser una técnica menos invasiva, la liposucción; moviendo esta cánula de forma rítmica de un lado a otro, se consigue que el tejido graso se desprenda y pueda ser absorbido por la aspiradora.
Tratamiento estético y solución de ciertas patologías
Si bien la liposucción es sobre todo un tratamiento de cirugía estética con el que los pacientes tratan de deshacerse de la grasa acumulada en lugares indeseados, también es un método que a menudo se utiliza para tratar patologías como la lipodistrofia, es decir, la ausencia focal o general de tejido adiposo. Esto podría parecer un contrasentido, dada la imagen que se tiene de esta técnica, pero resulta más plausible si se considera que la liposucción también permite la recolocación de parte de la grasa extraída como si se tratara de un injerto.
No obstante, lo cierto es que éste es ante todo un método utilizado en el campo de la cirugía estética, y lejos de poder tomarse como una cura para la obesidad, se trata de una mera solución temporal para los excesos de grasa en zonas como el abdomen, caderas, muslos, nalgas, brazos y cuello.
Un trabajo para profesionales
A pesar de tratarse de una operación relativamente sencilla, se precisa de un cirujano plástico para su ejecución. Además, dado que se necesita anestesia local o general, dependiendo esto de la zona sobre la que se vaya a trabajar, también se hace indispensable la presencia de un anestesista durante el proceso, que puede llegar a durar entre una y tres horas.
Situación previa del paciente
Pese a los últimos avances, es necesario un estudio prequirúrgico pormenorizado que descarte desagradables sorpresas en el quirófano. Se realiza para ello un análisis de sangre y un estudio cardiológico, al tiempo que se recomienda al paciente la supresión del tabaco y de agentes anticoagulantes como el ácido acetilsalicílico un mes antes de la operación.
Beneficios
En general, hablar de liposucción es hablar de una técnica sobradamente probada, segura y eficaz.
El paciente podrá volver a su rutina habitual al cabo de unos días, dependiendo del volumen de la zona tratada, y solo será necesario proteger la zona liposuccionada con una faja especial o unas compresas elásticas.
En unos meses a partir de la operación, el paciente ya podrá presumir de silueta nueva y mejorada.
Consulte a su médico cirujano para información específica para su caso particular.